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Mi cuarentena
De repente todo cambió.
El 25 de marzo del 2020 empezó la cuarentena en Colombia, era una época en que tenía muchos planes: un viaje largo, una posible independencia de la casa de mis padres; realmente estaba convencida que ese año la iba a sacar del estadio con mis proyectos y al final, iba a poder mirar atrás con mucha satisfacción y orgullo; sin embargo los planes cambiaron para todos. Los primeros días de la cuarentena con mucha incertidumbre pensé ¿qué puedo hacer ahora? ¿cuánto va a durar este receso?, y la verdad no encontré muchas respuestas, pues en ese momento realmente era poco lo que podía hacer. Esos primeros meses tuve unos días de mucha calma, disfrutar con la familia, cocinar con mayor frecuencia, empecé a meditar a diario, hacer yoga y ejercicio, incluso pude hacer cursos y clases virtuales, sin el afán del día a día y eso realmente lo disfruté muchísimo.
Estaba muy tranquila y me sentía muy afortunada por poder permanecer un tiempo en casa, sin la necesidad de salir o sentir que algo me iba a faltar. Los días transcurrían y a veces hasta sentía perder la noción del tiempo, empecé a sentir mucha ansiedad y aunque los buenos hábitos ayudaron muchísimo, me sentía desorientada, no sabía que podía hacer porque sentía que todo o lo poco que había construido no estaba dando resultados. Empecé a recibir asesoría para saber qué podía cambiar para ver cambios a nivel profesional y del hacer, yo no sabía por donde empezar. Pasaba por mi cabeza que había perdido más de 3 años de mi vida y que todo el esfuerzo y dinero que había invertido en crear marca y emprender finalmente no se veían reflejados, pues poco a poco empecé a perder más y más clientes, sin embargo, hasta cierto punto sabía que la situación con el tema económico por la pandemia era para todo el mundo y que muchos sectores estaban siendo golpeados más que otros, pero en medio de la incertidumbre, yo nunca perdí la fe.
A nivel personal sentía que por momentos perdía el norte, creí que el mundo se me venía encima y yo no sabía qué hacer día tras día. Llegué a pensar que estaba perdiendo motivación y la tristeza se juntaba con el deseo de saber cuándo todo podría volver a la normalidad.
Los días pasaron y fui teniendo mayor claridad, empecé a aprovechar todo el acercamiento espiritual para ver ese momento de una forma diferente, sabía que tenía que continuar para recuperar el movimiento, el trabajo continuo y el enfoque. Me obligué a cambiar el chip y sentí que tenía que volver a salir, volver a conectar con personas que me dieran luz, visitar lugares para tener inspiración y reunirme con amigos y personas cercanas.
Gracias a esos momentos difíciles de quizás dolor, de no saber cuándo iba a cambiar todo, comencé a descubrir que el cambio solo vendría de mi interior, que no podía esperar que las situaciones externas cambiaran y menos ahora que todo podría volverse incluso más incierto.
Entendí que los retos del ahora eran necesarios para sacar toda esa fortaleza interior que había estado guardando durante tanto tiempo y que no permitían explorar y compartir mi potencial con el mundo, que si estaba siendo infeliz era porque no estaba siguiendo el camino correcto y ahora viendo atrás, entiendo que el cambio era necesario para poder ser una mejor versión de mí, una mujer más valiente y determinada, con mayor confianza en si misma, con menos miedos de equivocarse. De esta manera surgió una nueva versión de Anhanda.
Descubrí que el mundo cambia cuando tú cambias.
¿Estás lista para ir por tus sueños? Escríbeme y caminemos juntas.
¿Estás lista para ir por tus sueños? Escríbeme y caminemos juntas.